
En primer plano, el surtidor de gasolina que existía en este lugar. Tras él, un kiosko de bebidas y la bajada a los aseos subterráneos (¿seguirán ahí?). Al final de la calle a la izquierda se distingue el cuartel de la Bomba, derribado en los años 60. El edificio que se atisba a la derecha es el cuartel de San Francisco. Por las sombras, la indumentaria y la iluminación que cuelga, se puede interferir que esta serie se realizó en plenas ferias de San Juan. En otra postal de esta serie aparecen también carteles de toros, probablemente de aquella feria.

Los aseos siguen pero rellenos de ripio de obras realizadas para reformar la plaza.
Pues algún día habrá que hacer «arqueología industrial»